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Una Generación leprosa

Por el Pastor Carlos Cancino Campos



Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos».

Mateo 8:2-4


Tanto en el AT como en el NT, la lepra era la enfermedad más terrible. La lepra provoca úlceras, se caen los párpados, las cuerdas vocales también se dañan y cambia el tono de la voz. Las manos y los pies también se dañan. Ese tipo de lepra podía durar entre 20 y 30 años; en el cual la persona va muriendo poco a poco.


El Dolor era constante


Josefo menciona que los trataban como muertos y los marginaban de la sociedad, debían avisar que se acercaban gritando “ soy impuro”. Estaba prohibido saludar a los leprosos, lo más cerca para acercarse era 2 metros la distancia que se debía mantener.


Debían abandonar a sus familias y vivir lejos de todos, Nadie se podía acercar ni si quiera para alimentar. Fue un hombre en estas condiciones que Jesús tocó. “Y Jesús extendió la mano y tocó al leproso”. Jesús tuvo compasión de ese hombre y fue más allá de la ley. Debemos notar dos cosas:

  1. El leproso vino con confianza, pese a que eso no era lo normal, fue confiado sabiendo que si él quería lo sanaría. Tenía plena confianza en Jesús.. Nadie puede sentirse demasiado inmundo para venir a Jesucristo. La lepra era la única enfermedad que los rabinos no sanaban. El sabía que el único que podía sanarlo y marcar la diferencia era Jesús. Nadie puede sentirse imperdonable, él puede perdonar todo pecado.

  2. Viene con humildad, no demandó la sanidad. Dios no se acerca a los soberbios, pero cuando ve humildad se siente atraído. El leproso se acerca rogando, lo mismo ocurre cuando la mujer sirio fenicia se acerca a Jesús.

  3. Viene con reverencia, con adoración. El leproso sabia que estaba frente a Dios. Cuando nos enfrentamos a Jesús con encontramos con Dios y con todo su poder y amor.



¿Cómo reacciona Jesús?


Tuvo compasión, aún yendo en contra de la ley: extendió su mano y lo tocó. Actualmente la iglesia está falta de compasión. La compasión es sobrenatural, va más allá de lo racional. Acercarse a un leproso como lo hizo Jesus era aún más peligroso que acercarse a un esquizofrénico maloliente La compasión va más allá de la ley. Muchas veces somos delicados porque nos creemos superiores a los demás

Para ser iglesia debemos parecernos a Jesucristo, de lo contrario la iglesia no cumplirá su función. El sentido de la vida de Cristo es ayudar, para el no había más que una Ley, la LEY DEL AMOR.

Esa Ley le hacía desafiar los riesgos físicos que pudiese encontrar. Necesitamos responder en ante la sociedad con compasión. Jesús no rechaza a una persona que está quebrantando la ley. Jesús extendió su mano y lo tocó, tocó a un intocable, porque era inmundo. Pero para el no lo era, Solo era alguien que necesita ayuda desesperadamente. Cuando nos despreciamos a nosotros mismos, Jesús siempre está dispuesto a acercarse a nosotros.




Tocar lo intocable


La esencia del evangelio es tocar lo intocable, ayudar a quienes no están siendo ayudados. Para amar lo que nadie ama y perdonar lo que nadie perdona. Si Jesucristo es así, nosotros también debemos ser de esa forma. Jesús toca y todos se sanan , nuestra lepra era el pecado. Las consecuencias psicológicas de la lepra eran tan serias como las físicas.


Como iglesia estamos perdiendo la esencia de Jesús de suplir la necesidad. Estamos quedando obesos en lo espiritual. Necesitamos encontrarnos con un leproso.

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