Por el Hno. David Cancino
El cuidado del Señor ha sido notorio en este tiempo. Pero también ha sido evidente, un antes y después de la pandemia.
“Luego el SEÑOR dijo a Elías: «Vete a vivir a la aldea de Sarepta, que está cerca de la ciudad de Sidón. Yo le he ordenado a una viuda de allí que te alimente».” — 1 Reyes 17:8-9 NTV
Aquí podemos ver a tres personajes
Dios
Elias
Una viuda
En la antigüedad la suerte de las viudas era penosa, porque se creía que recibían maldición , (al morir el esposo, pasaban a quedar bajo la autoridad de un hijo o un pariente).
“¡Canten alabanzas a Dios y a su nombre! Canten alabanzas en alta voz al que cabalga sobre las nubes. Su nombre es el SEÑOR; ¡alégrense en su presencia! Padre de los huérfanos, defensor de las viudas, este es Dios y su morada es santa.” Salmos 68:4-5 NTV“
Aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia y ayuden a los oprimidos. Defiendan la causa de los huérfanos y luchen por los derechos de las viudas.” — Isaías 1:17 NTV
El Señor mandaba a proteger a las viudas en su ley, porque a menudo eran explotadas y mal miradas. Debían llevar una vestimenta especial, con el fin de reconocerlas desde lejos.
La viuda de Sarepta
En la historia de la viuda de Sarepta, Elias estaba siendo sustentado por Dios, pero él lo manda a que una viuda lo sustente, lo cual era ilógico para ese tiempo. Pero fue y le pidió alimento
“Pero ella respondió: —Le juro por el SEÑOR su Dios que no tengo ni un pedazo de pan en la casa. Solo me queda un puñado de harina en el frasco y un poquito de aceite en el fondo del jarro. Estaba juntando algo de leña para preparar una última comida, después mi hijo y yo moriremos. Entonces Elías le dijo: —¡No tengas miedo! Sigue adelante y haz exactamente lo que acabas de decir, pero primero cocina un poco de pan para mí. Luego, con lo que te sobre, prepara la comida para ti y tu hijo.” — 1 Reyes 17:12-13 NTV
La viuda sí le daba de comida moriría de hambre, ella y su hijo, pero si no lo hacía, era consciente que estaría desobedeciendo a Dios.
La viuda del Tempo
“Mientras Jesús estaba en el templo, observó a los ricos que depositaban sus ofrendas en la caja de las ofrendas. Luego pasó una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas.” — Lucas 21:1-2 NTV
En los tiempos de Jesús, siempre había mucha gente en el templo ofrendando en un muro. Entre medio de toda la gente, Jesús vio a una viuda que saca dos monedas, ella llamó la atención de Jesús, en medio de una multitud de gente. Jesús la vio a la viuda. Una mujer que no tenía NADA. Fue la única que lo entregó TODO
¿Cuantas veces nos hemos comportado como los ricos, dando lo que nos sobra?
Lo que llamó la tensión de Jesús, fue la actitud de la viuda, su vida, agradecimiento, su amor. La viuda dio todo lo que tenía, siendo pobre.
Nosotros, ¿hemos dado todo para el Señor? ¿Cual es mi ofrenda hacia el Señor ?
Es tiempo de tener la actitud de estas dos viudas, dando todo lo que tenían, ofrendar toda nuestra vida para el Señor. Que todo lo que hacemos, lo que pensamos, lo que tenemos , sea nuestra ofrenda para el Señor
¿Cuáles son nuestras dos blancas que tenemos para ofrendar al Señor?
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