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El hombre nacido de mujer…

Por el Pastor Carlos Cancino Campos

Realmente los tiempos que estamos viviendo son tiempos inciertos, es decir son tiempos inseguros, dudosos, problemáticos, etc. Me atrevo a decir que muchos hoy razonan más que antes al pensar en el futuro, al tomar decisiones, hacer planes y proyectarse en su vida. En otras palabras estamos viviendo día tras día, ya que producto del inminente peligro de contagiarnos con el Covid-19, nos hace inseguros, dudosos, inciertos ya que no sabemos si mañana vamos a estar bien o no, hoy realmente cada día es importante.

Esta pandemia mundial ha transformado la vida de millones de personas de manera inimaginable y en un corto tiempo, todo cambio ha sido de manera acelerada tomándonos por sorpresa sin darnos la oportunidad de darnos cuenta que todo está cambiando y llevándonos a todos a una rápida adaptación de esta nueva realidad y aumentando en nosotros la esperanza de que esto acabe pronto. Nadie sabe cuanto durará esta pandemia, ni mucho menos que efectos reales tendrá para la humanidad, todos los expertos entregan diferentes pronósticos y a pesar de esta poca claridad lo cierto es que estamos en una crisis global sin precedentes.

¿Cuál es nuestra real posición frente a este virus?, que está exponiendo nuestra impotencia e incapacidad como género humano para hacerle frente. Hasta ahora se está perdiendo esta batalla, ya las consecuencias con todos los muertos hasta el día de hoy y la crisis económica que está golpeando a muchas naciones son irreversibles, todo esto nos tiene que hacer meditar profundamente en nuestra existencia.

Debemos reflexionar sobre algunos principios que es posible entender de mejor manera desde la posición en donde nos encontramos actualmente, algunos de esos principios son:


1.- LA VIDA ES BREVE Y EL GÉNERO HUMANO ES DÉBIL.

Esta pandemia nos recuerda lo débiles que somos y propensos a enfermarnos y a morir repentinamente. Los hombres generalmente hacemos planes para el futuro, lo que vamos a hacer mañana, donde vamos a viajar, a quien vamos a visitar, lo que voy a estudiar, etc. dando a entender que tenemos el control de nuestra vida, y súbitamente aparece este virus microscópico y viene a alterar las rutinas y la vida cotidiana de toda la humanidad, realmente es jocoso, quedamos en evidencia que no tenemos el control de nuestra vida.

Todos los planes que teníamos han sido postergados, hoy sólo se desea no infectarse y ojalá sobrevivir a esta crisis, no hay ninguna duda de que somos débiles y lo más importante es que la vida es corta, es breve y nadie tiene la potestad de alargar sus días sobre la tierra, es más, ignoramos completamente cuanto tiempo viviremos por lo tanto también ignoramos cuando moriremos, todo esto nos tendría que remover para mirar la vida desde otra perspectiva.

En el libro más antiguo de la Biblia, el libro de Job, se nos describe lo pasajero de la vida del hombre y lo débiles que somos:

“¡Qué frágil es el ser humano!

¡Qué breve es la vida, tan llena de dificultades!

Brotamos como una flor y después nos marchitamos;

desaparecemos como una sombra pasajera.”

Job 14:1-2

“Tú has determinado la duración de nuestra vida.

Tú sabes cuántos meses viviremos,

y no se nos concederá ni un minuto más.”

Job 14:5

Realmente la persona que tiene control total sobre nuestra existencia y puede determinar cuanto tiempo viviremos es nuestro Gran y Poderoso Dios, Aleluya!!!

2.- SOMOS TODOS IGUALES.

Hay situaciones en la vida que nos recuerdan un principio divino “Todos los seres humanos son iguales para Dios”, una de esas situaciones es la muerte, nadie puede sacar ventaja cuando se enfrenta a la muerte. Y de la misma manera que la muerte, la enfermedad no hace diferencia entre las personas, este virus puede afectar a todos por igual, los seres humanos tratamos de marcar diferencias con nuestro prójimo, diferencias económicas, sociales, culturales, educacionales, etc. Pero nadie puede mostrarle al Covid-19 su cuenta corriente o la escritura de sus propiedades y decirle no puedes infectarme porque yo tengo una buena posición económica, o indicarle al virus que tus apellidos son de origen noble de alta alcurnia y por esa razón no ser contagiado, o tal vez hablarle al virus en cinco idiomas o mostrarle tus títulos universitarios y postgrados para tratar de convencerlo de que eres un intelectual reconocido o tienes una carrera prominente y por eso no puede tocarte, en fin podría seguir, pero creo que está claro que “Somos Todos Iguales”.

En este tiempo me atrevo a pensar que en este sentido el Covid-19 de alguna manera se transforma en un agente divino que nos quiere recordar que SOMOS TODOS IGUALES frente a la amenaza de esta pandemia, y al ser así, primero nos necesitamos unos a otros, valorándonos por lo que somos y no por lo que tenemos y en segundo lugar si somos todos iguales necesitamos urgentemente la ayuda de aquel que nos creó y nos ama a todos por igual.

3.- CADA VIDA ES IMPORTANTE.

Según Génesis 1:26 todos los seres humanos somos creados a la imagen y semejanza de Dios:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.”

La imagen de Dios es la base fundamental para el valor y dignidad de absolutamente todas las personas. La Biblia enseña que Dios es el dador de la vida, por lo que desde la concepción hasta la tumba debemos proteger y valorar la vida de todos. La vida humana no tiene precio y no importan las consecuencias económicas que una catástrofe como la que enfrentamos traiga, debemos luchar a toda costa por cuidar las vidas de todos. Cualquier llamado a “sacrificar” a unos por el bien de otros es deleznable y contrario a la dignidad dada por Dios a todos los seres humanos.

Uno de los mayores regalos que recibimos de Dios es la vida, que es dada a todos los hombres por el único dador de la vida, se identifica a sí mismo como la vida misma, es nuestro Todopoderoso Dios, por lo tanto cada vida es importante debido a esto.

Los seres humanos teniendo la mayoría una vida espiritual degradada o casi nula tendemos a pensar que hay vidas que valen más que otras y generalmente medimos esto por la posición social que se tiene, es un grave error pues nada justifica nuestras barreras de separación en esta vida, llegará el día en que todos enfrentaremos el juicio de Dios sin faltar nadie. Toda vida tiene el mismo valor y debemos cuidarla sabiendo que el único que tiene poder sobre ella es su creador.

4.- DIOS ESTÁ CERCANO Y ES NUESTRO REFUGIO EN MEDIO DE LA CRISIS QUE ENFRENTAMOS.

Cuenta una historia que un matrimonio vivía junto a su pequeña hija de 5 años, el hogar llevaba una realidad de violencia y mal tratos que estaban llegando a un nivel peligroso. El esposo golpeaba frecuentemente a su esposa, debido a los excesos de alcohol y drogas que lo dominaban y lógicamente su pequeña hija también sufría las consecuencias.

En un trágico día el hombre comenzó a discutir con su esposa frente a su hija, la discusión tomó ribetes de violencia y el hombre poseído por su ira fue a su dormitorio, tomó una pistola y volvió a la sala y le disparó en dos ocasiones a su esposa matándola al instante y luego mirando a su pequeña hija se disparó en la cabeza auto eliminándose, ambos murieron ese día, dejando a su hija huérfana y sin tener a nadie que pueda hacerse cargo de ella.

Afectados por la tragedia una mujer vecina de esta familia se hizo cargo de la pequeña, ella era una fiel seguidora de Jesucristo y asistía frecuentemente a la Iglesia. Los meses pasaron y la mujer que se hizo cargo de la pequeña decidió incorporarla a la escuela dominical de su congregación para que así ella pueda conocer más niños de su edad y ser ayudada ante el gran trauma que le provocó la muerte de sus padres. La mujer la llevó para presentarla a la maestra de la escuela dominical y le comentó que la niña había sufrido un gran trauma al ver morir a sus padres y que ella no conocía a Jesucristo, pues nadie nunca le habló de él y lo importante era que pudiera conocer al Seño Jesús.

Informada la maestra la incorporó a la clase, le dio la bienvenida y comenzó con una dinámica de enseñanza para todos los niños. La maestra tomó un retrato del rostro de Jesucristo y lo mostró a los niños preguntando ¿Quién conoce a esta persona? pasaron los segundos y ningún niño respondía la pregunta, cuando de pronto la niña recién incorporada a la clase, la que había visto morir a sus padres levantó su mano, para sorpresa de la maestra ya que ella sabía que no conocía a Jesucristo. Sorprendida, le pregunta a la niña ¿Tú conoces a esta persona? Sí contestó la niña, pero ¿cómo y cuándo? Replicó la maestra, la niña dijo, cuando mi papito mató a mi mamita y luego él se mató yo me asusté mucho y me puse a llorar en esa sala, estaba sola y no sabía que hacer, los cuerpos de mis padres estaban tirados en suelo y yo no podía parar de llorar, fue en ese momento que junto a mí apareció esa persona la del retrato, me sonrió y arrodillándose me abrazo fuerte y me dijo que no llorara que él estaba ahí para cuidarme.

Jesucristo está siempre cercano, podríamos estar pasando cualquier tipo de crisis incluso no tan extrema como la de la historia y él estará con nosotros para ser nuestro refugio. El salmo 121 nos dice de principio a fin que Dios cuida de nosotros.

Alzaré mis ojos a los montes;