Por el Pastor Carlos Cancino Campos
“Por eso aunque tengamos toda clase de problemas, no estamos derrotados. Aunque tengamos muchas preocupaciones, no nos damos por vencidos. Aunque nos persigan, Dios no nos abandona. Aunque nos derriben, no nos destruyen.” 2 Corintios 4:8-9 PDT
Es un error creer que por venir a Cristo se acaban los problemas. Una de las razones del ateísmo, es que las personas dicen o creen que si hubiese un Dios, los problemas no existirían.
Quienes seguimos a Cristo también tendremos problemas, pero sabemos que El estará junto a nosotros en toda situación que vivamos.
“El Dios que siempre nos da consuelo “
El consuelo es importante en situaciones complejas, y Dios nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que también nosotros podamos consolar a los que sufren. Al recibir el consuelo de Jesús , podemos compartir ese mismo consuelo con otros.
En el mundo tendremos aflicción, pero Dios ha vencido al mundo. El apóstol Pablo, tenía toda clase de problemas, pero no estaba derrotado, no se dio por vencido.
Preocupado, pero no derrotado
¿Que nos hace enfrentar la vida con fe y fortaleza ?
1.- El poder y la fuerza no viene de nosotros, sino de Dios.
“Tenemos este tesoro en vasijas de barro para demostrar que este extraordinario poder que obra en nuestra vida no viene de nosotros, sino de Dios.” 2 Corintios 4:7 PDT.
2.- Debemos considerar los sufrimientos momentáneos ,y comprender que esta parte de nuestra existencia, será lo más breve. Extendemos el sufrimiento con nuestro temor
“Nuestros sufrimientos son pasajeros y pequeños en comparación con la gloria eterna y grandiosa a la que ellos nos conducen.” 2 Corintios 4:17 PDT
3.- Porque no nos centramos en lo que no podemos ver, sino en lo que no vemos. Nuestro problema como humanos es que dependemos de las circunstancias. Nos centramos en lo que podemos ver y eso nos hace dudar, hace que la fe que tenemos tambalee, porque vemos nuestras circunstancias y pensamos que todo se acabó
La fe no actúa por las circunstancias o por lo que se puede ver
No le tengamos miedo al sufrimiento, porque Dios jamás nos abandonará, sino de su propiedad
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